viernes, 29 de julio de 2011

INTRODUCCION A LOS FF. DD.





INTRODUCCION A LA
HISTORIA  Y  DOCTRINA
DE LOS
FILOSOFOS INCOGNITOS O DESCONOCIDOS
  SU INFLUENCIA EN LA MASONERIA HERMETICA
Y EN EL MARTINISMO
  
Estudio realizado para mejorar tanto la percepción como la  comprensión de los Filósofos Incógnitos, la Masonería Hermética y del Martinismo por parte de todos los iniciados en cualquiera de las filiaciones y Ordenes a las que pertenezcan, ya que el presente estudio busca poner ciertos argumentos en las manos de los Iniciados y enriquecer, de esta manera, su visión de esta tan basta, como enriquecedora Doctrina.

+ E. a. A. C.
M:. M:.
Miembro de la Soc. de los Fil. Incógnitos
S. I. Mart::: Fil. Rusa
S. I. Mart::: Fil. Francesa


ESQUEMA DE LA FILIACION DE LAS FRATERNIDADES INICIATICAS DE OCCIDENTE


         El presente esquema ha sido seleccionado de una serie de organigramas que tratan de explicar las filiaciones de las diferentes Ordenes que componen la Tradición Occidental y Cristiana desde el punto de vista Iniciático, y ha sido tomado de la Obra del Hno. Robert Ambelain, “Le Martinisme, Historie et Doctrine, La Fran-Maconnerie Occultiste et Mystique, 1643-1943”, ya que esta tabla aparte de estar muy bien documentada observa las filiaciones globalmente y más que en lo particular con que suelen verlo las diferentes Ordenes:


INTRODUCCION
        
         Hemos querido abordar este estudio, fundamentalmente debido a la poca información que se encuentra disponible sobre los Filósofos Incógnitos, la Masonería Hermética y el Martinismo, y también por lo antojadizo que han resultado algunas opiniones sobre lo que fue y lo que es esta importante corriente de la Tradición Hermética Occidental y Cristiana. Muchos  han caído en múltiples errores de interpretación debido a que innumerables instructores solo han visto en esta Doctrina lo que ellos han podido y querido ver, por un lado, y por otro, porque creyeron ver lo que nunca fue.
         A modo de ejemplo, tomaremos referencia sobre el Martinismo, ya que esta vía es la más exterior o exotérica desde el punto de vista de nuestro análisis, y aún más del Hermetismo. Son numerosos los iniciados en el Martinismo en comparación con los masones que están posesionados de grados herméticos, o más difícil encontrar, miembros de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos; y como es así, tenemos que argumentar sobre los primeros. Para unos esta vía , para el que se inicia, constituye un caos y una constante de contradicciones por la cantidad de opiniones encontradas y opuestas que existen entre las diferentes Ordenes. Allí radica la intolerancia que existe entre una Orden y otra, aun perteneciendo a una misma Filiación.
         Para unos, la docencia Martinista reposa sobre el estudio de la magia de los Elus-Cohen del siglo XVIII y del neo-ocultismo papusiano de finales del siglo XIX; para estos, la Orden Martinista debería inclinarse por los estudios masónicos simbólicos y capitulares. Otros hacen hincapié en el estudio de las mancias, del tarot, la numerología y la cábala. Otros dicen que la finalidad del Martinismo está enfocada hacia estudios orientalistas; y así existen tantas tendencias e interpretaciones como tantas Ordenes Martinista parecen existir.
         Louis Claude Saint-Martin ha legado a sus seguidores una nutrida obra desde donde podemos extraer su pensamiento y sus sabios consejos de auto-regeneración; sin embargo también es el hombre-iluminado que dice las cosas por su nombre:
“... ¡Hay de vosotros, instructores humanos! ¡Cuánto os arrepentiréis algún día de haber abusado de las almas, llevándolas por caminos nulos, imaginativos e ilusorios, que les habrán dado una tranquilidad engañosa, proporcionándoles alegrías exteriores y comunicándoles sombras de verdades que les habrán impedido trabajar por la renovación del centro de su ser! Todas vuestras asociaciones emblemáticas no les habrán comunicado la vida, puesto que ellas mismas no la tienen. Vuestras asociaciones prácticas les serán todavía más funestas, si no es el espíritu lo que las ha convocado, reunido, constituido y santificado con sus lágrimas y las plegarias de su dolor. ¡Y dónde están estas asociaciones que nos serían tan saludables! ... Sí, instructores ciegos, ignorantes o que presumís demasiado de vuestras fuerzas y vuestras luces, os arrepentiréis algún día de haber abusado de las almas ...” (El Hombre Nuevo, capitulo 7).
         Pero, ¿quién en realidad interpreta más o menos la Filiación auténtica del Martinismo de Louis Claude de Saint-Martin, conocido como el Filósofo Incógnito? Por cierto que nadie.
         Si nos fijamos bien la filosofía de Saint-Martin está muy lejos de lo que ha venido a constituirse en “Orden Martinista”. Y es tan así, que a lo largo de nuestro peregrinar hemos constatado innumerables veces que hasta quienes dirigen estructuras martinistas desconocen por completo la obra del Maestro, hasta tal punto que ni siquiera han ojeado alguna obra de Saint-Martin. Resulta increíble, pero tal es la ignorancia con la que nos hemos encontrado.
         Aquí radica precisamente la respuesta a la inquietud de que existan tantas tendencias que casi siempre resultan también contradictorias entre sí. Cuando se desconoce el espíritu y la letra de quién ha sido el fundador de esta filosofía, imposible es poder ajustarse a su pensamiento iluminador.
         Muchas veces lo hemos dicho, que sin dudas, el único Martinista que ha existido es Louis Claude de Saint-Martin; los demás, en la medida que ha pasado el tiempo, se han alejado más y más del pensamiento del Filósofo Incógnito. Por lo tanto, los esfuerzos de todo estudiante e investigador iniciado en el Martinismo debe estar enfocado a descubrir la esencia y lo fundamental del pensamiento de Saint-Martin y una vez descubierto llevarlo a la práctica en su propia vida cotidiana. Así pues, ¿puede existir algún auténtico Martinista que no sea consecuente con la filosofía de vida que ha, voluntariamente abrazado cumplir? Lo contrario resulta ser de una persona con inclinaciones intelectuales y especulativas con el solo ánimo de poseer algo de información teórica de esta rica e iluminadora filosofía, no más.



         Nada mejor que ir a la obra de Saint-Martin para conocerlo en propiedad. En “El Cocodrilo, o la Guerra del Bien  y del Mal” (que a todo Martinista hará muy bien estudiar), encontramos una de las claves para comprender su propósito. Del Canto 14 y 15 podemos extraer importantes conclusiones. Veamos:
         Encontramos que Saint-Martin hace referencia a un simbólico personaje que él llama “Señora Jof”. Ella  representa las virtudes Martinistas, y nos dice:
“... si se presentaba ante gente instruida, y trataban de temas relativos a las ciencias y a los conocimientos más profundos, mostraba no solo que comprendía cuanto había dicho, sino incluso les hacía entender que, si quisieran, podría saber y decir mucho más...”
         Pero también, esta “Señora Jof” es simbólicamente el Martinismo como cuerpo doctrinal al estar vinculada a una “Sociedad de Independientes” (S. I.), que en realidad es el nombre encubierto de la “Societe des Intimes” (S. I.) y de los  “Superiores Incógnitos” (S. I.) . Saint-Martin nos dice, que:
“...como vivía en todas partes, también tenía en todas partes su Sociedad de Independientes, que ciertamente deberían haberse llamado la Sociedad de los Solitarios, puesto que cada hombre tiene en sí mismo esta Sociedad ... como esta Sociedad difería absolutamente de todas las sociedades conocidas, e incluso no era una sociedad, no hay que considerar la palabra reunir en el sentido en que se la entiende comúnmente. Así, aunque presento aquí a la Señora Jof reuniendo a los diversos miembros de la Sociedad de los Independientes, no es menos cierto que no se reunían en absoluto; que esta presunta asamblea se realizaba para cada uno de los miembros aisladamente, en el sitio en que se encontrara, y sin estar sujeto a ningún local, a ninguna ceremonia ni a límite alguno; que cada uno de los miembros tenia el privilegio de ver a la vez a los otros miembros, en el lugar en que estuvieran, e igualmente de ser percibido por cada uno de ellos ... todos tenían el privilegio de hallarse en presencia de la Señora Jof, así como la Señora Jof tenia el privilegio de estar presente para todos ellos a la vez, cuando lo quisiera, cualquiera que fuera la distancia y la variedad de lugares que ellos habitaban...”
 Esta es tan solo una cita a algunas líneas de la pluma de Saint-Martin para que el estudioso observe que tan lejos puede estar una “Orden Martinista” de los propósitos que en original se dictaron. Quien lea que saque sus propias conclusiones.
         Sin embargo, Louis Claude de Saint-Martin es solo el último exponente de toda una Doctrina Iniciática que ha viajado de siglo en siglo, de fraternidad en fraternidad y de orden en orden hasta nuestros días. Algunos hemos conocido algunos fundamentos de esta Doctrina y hemos reconocido que ellos no son el producto de nuestro siglo, sino que hemos visto en el horizonte de la Tradición Occidental y Cristiana, la Luz de nuestros Maestros Pasados. ¿Quiénes son ellos? Pues busquemos en nuestros ancestros.


         Nuestros orígenes no se pierden en la noche de los tiempos, aunque así lo pareciera, sino que ellos están ligados a la génesis de todas las religiones del mundo. La doctrina de la llamada “Caída de los Angeles”, nos refiere a la comprensión de cómo hemos perdido nuestros privilegios espirituales mientras permanecíamos en el seno de Dios. Luego de esta caída se abre un nuevo universo, en el que entendemos el misterio del proceso de la muerte (ya que antes de este acontecimiento no la conocíamos), marcando este hecho el inicio ya degradado, de nuestra estadía, como humanidad, en nuestro tránsito por esta escuela que llamamos tierra.
         Desde el punto de vista cabalístico, viene a manifestarse la “Primera Familia” que nosotros identificamos con el “Iod” y que la teología  solo ha visto la parte superficial en los primeros diez capítulos del libro bíblico del Génesis. Lo que fue el carácter trascendental, viene a convertirse con el tiempo en trascendente. Los Maestros deben ya recordar a esta humanidad sobre la hermandad que debe existir entre todas las almas; sobre la corriente invoevolutiva representada por la simbólica escalera de Jacob, donde bajan los ángeles por la izquierda (Sefira Binah) y por la derecha suben las almas (Sefira Jocmah), estando en lo alto de la escala el Trono radiante de Dios (Sefira Keter); establecer la veneración hacia los Maestros; recordar a la humanidad de que ella es solo un facsímil del Logos Andrógino y Armónico; la ya presente preocupación para que se lleve a efecto la completa reintegración de los seres a su primitiva pureza espiritual ya perdida.
         Para alcanzar paulatinamente estas metas, los Iniciados realizaron el Arcano de la Fuerza, uniéndose en cadenas dirigidas por principios egregóricos. Estos esfuerzos dieron origen a una primera Religión. Ella surge de un torbellino colectivo generado por un Egrégor, que incluso funda diferentes cultos en varios países distintos. La construcción de esta Religión obedece al mecanismo cabalístico del “Tetragramatón”. Al término de dicho ciclo están dadas las condiciones para la materialización de dicha estructura.
         Luego, los Discípulos vienen a formar dos categorías. La primera, constituida por los principales que son los Apóstoles de la Doctrina, que encarnan el Cuaternario Hermético: Aguila, pensadores valientes; León, santos ardientes; Hombre, calculador y prudente; Toro, trabajadores organizados. La segunda categoría son los discípulos secundarios, que en su conjunto aman la metafísica hasta el límite de lo racional y en su autosacrificio imponen la Doctrina.
Sin embargo, no debemos olvidar que la “Caída” ha sembrado el signo de la materialidad en la humanidad, y ha venido también a manifestarse también el error.
         Con el tiempo vemos surgir la religión de Krishna, la Filosofía de Fo-Hi, Hermes Trimegisto, Zoroastro, Orfeo, Moisés, el Budismo, el Cristianismo y otras importantes religiones del mundo.
         En lo que a nosotros se refiere, y no olvidando el sentido de la unidad que reposa  en la base del pensamiento Martinista, rescatamos de la esencia de la Tradición Cristiana la conciencia de la unidad del hombre con Dios, y el amor como el medio para que esta unidad se realice. Allí descansa la razón de ser del Martinismo y de toda la Filosofía Iniciática de las antiguas filiaciones Rosa+Cruces. Es lo que predicaron los antiguos gnósticos, lo que persiguieron las órdenes caballerescas, lo que impulsó a los cabalistas cristianos, lo que fue la razón de ser para los Iluminados y lo que debe llamar al corazón  del verdadero Martinista.


         ¿Cómo podríamos concebir una filiación iluminista apartada de las Doctrinas del Cristo? No le vemos sentido.  Es por eso que no podemos imaginar al verdadero Martinista sino como el Apóstol y el Sacerdote de la religión del Reparador. Tal dignidad está más allá de lo que el iniciador-hombre puede conferir, es la gracia del Elías Artista, la misericordia del Espíritu Santo que decide reposar en el corazón del iniciado para honra y gloria de Dios. Esta es la “Filiación Oculta” a la que han pertenecido Louis Claude de Saint-Martin, Martines de Pasqually, Emmanuel Swedenborg, Jacobo Boehme, Khunrath, Maier, Paracelso, Tritemus, etc. A dicha filiación la llamamos “Oculta” pues es privilegio de los que han querido ver a Dios y lo han logrado.
         Entonces, ¿quienes se reúnen en el Templo del Espíritu Santo?

Templarismo



         Sin embargo, y para nuestro estudio, debemos considerar las estructuras iniciáticas para así entender con mayor claridad el tránsito en el tiempo de las doctrinas que han llegado hasta nosotros. Así resulta de sumo conveniente tomar en consideración como es que el Templarismo vino a manifestarse.

El ideal templario está representado en un gobierno o estado perfecto y universal donde los principios del espíritu sujetan las tendencias de lo físico y terrenal. Solo así es posible aniquilar los excesos generados por los poderes puramente políticos y religiosos. Allí encontramos el freno a la corrupción de los líderes y la ganancia para el pueblo que a través de una sana economía y comercio da en justicia a cada cual lo suyo. Vemos en el ideal templario el término de las luchas inútiles de las nacionalidades y castas. Este ideal funda las bases del reino de Dios en la tierra. Es un estado “Teocrático”, pues las comandancias se agrupaban en prioratos y estos en grandes prioratos, y sobre ellos el Gran Maestro de la Orden caballeresca.
         Sin embargo, los Templarios fueron perseguidos por el poder temporal de la política y la religión hasta casi su total y completa eliminación. Así su último Gran Maestro, Jacobo de Molay fue quemado vivo en París por orden del Rey Felipe el Hermoso, siniestramente de acuerdo con el Papa romano Clemente V, y así apoderarse de sus inmensas riquezas. ¿Cuáles fueron sus otros enemigos? La calumnia, la envidia y las pasiones que dominan a los enemigos de la Luz.
         Los que cobijaron a los dispersos Templarios fueron los Hermetistas, quienes se esforzaban en la realización de la Gran Obra; los constructores y albañiles libres preocupados por el culto del trabajo y la conservación del simbolismo en la arquitectura. Con el tiempo estas filiaciones llegan a fusionarse generando una vigorosa corriente que llenaba las expectativas de los nuevos iniciados. Las nuevas persecuciones de la Iglesia romana no tuvieron el efecto de 1314.

Rosacrucianismo



         Según el concepto de los buenos investigadores de la filiación Rosa+Cruz, es posible establecer lo que se denomina “Rosacrucianismo Primario”, compuesto por una cantidad pequeña de místicos célibes conformados por tendencias bastante claras y salidos de la corriente del gnosticismo, la cábala y el hermetismo alquímico. Se destacan en su accionar por el absoluto secreto de sus operaciones, y el resultado lo  ponen al alcance de la humanidad, o sea, la ciencia, el progreso y la ética en la esfera intelectual. De este movimiento, la reforma de Lutero toma inspiración. En sus conocidas obras “Fama Fraternitatis” y “Confessio” es posible ver al papado romano como una representación del anticristo.
         Luego se manifiesta lo que se denomina “Rosacrucianismo Secundario”. Este tipo de Rosacrucianismo es distinto del anterior, pues ya no es la escuela estricta donde el iniciado estaba obligado a producir verdaderos resultados en el campo del autoperfeccionamiento, sino que apunta hacia el enciclopedismo donde se debía tener la suficiente capacidad para la especulación científica y la investigación propia de los siglos XVI, XVII y XVIII, amplitud de conciencia y un espíritu adicto a la idea del bien. De entre ellos se escogía a los miembros de la Fraternidad.
         Surge entonces, en el interior de este tipo de Rosacrucianismo, el alma del antiguo templarismo y de la vieja Rosa+Cruz; se involucra en la política de los tiempos, pero esta vez utilizando la prudencia para que no se repita lo que a Jacobo de Molay. Busca el camino más seguro para influenciar en la sociedad profana y resulta de la fundación de la Orden Masónica.

Franc-Masonería



         Esta nueva Orden que surge del espíritu Rosa+Cruz viene a guardar en sí todo el arsenal del simbolismo rosacruciano como suyo.
         Quienes participan de la fundación y desarrollo de la moderna masonería especulativa son miembros de la antigua filiación hermética y rosacruz, quienes tomando fragmentos del sistema de los grados de la albañilería libre pone como base los tres primeros grados masónicos. Esta adaptación comienza en 1646 y al llegar 1717 el sistema se encuentra completamente organizado. De esta manera la masonería vendrá a ser la nueva base sobre la que se construirán las tendencias sociales y también iluministas. De tal sistema viene la sociedad profana en su conjunto a conocer de las grandes reformas y revoluciones sociales. El mundo conoce de héroes nacionales y libertadores que surgen de las filas de la Franc-Masonería.
         En adelante, una parte de la Orden Masónica, se alejará cada vez más de su origen iniciático, mientras surgen también de su interior algunas tendencias con propósitos iluministas. Podemos citar en propiedad algunos ritos como lo son los “Caballeros Masones Elus-Cohen del Universo” de Martines de Pasqually, algunos ritos de tendencia egipciaca quienes insertan en sus nomenclaturas de grados antiguas Fraternidades relacionadas tanto con la antigua masonería operativa, con el Templarismo, con el cabalismo, con la teurgia y el hermetismo, y les asignan algún numeral dentro de los extensos sistemas de grados.

Martinecismo



         Cuando la Masonería se ha involucrado demasiado en los cambios políticos y sociales en el mundo, es cuando aparece Martines de Pasqually y la Orden de los Caballeros Masones Elegidos-Sacerdotes del Universo, que se hace conocer en Francia entre los años 1767 y 1780.
         Esta Orden está compuesta de nueve grados. Los tres superiores son grados rosacruces. Es una Orden mágico-teúrgica con un fuerte predominio de los métodos puramente mágicos.
         En esta Orden se destaca Louis Claude de Saint-Martin en su rol de secretario del Maestro y alcanzando todos los grados de la Orden. Finalmente resulta ser elegido miembro del Supremo Tribunal de la Orden. Destaca además Juan Bautista Willermoz quien en lo futuro insiste en tales prácticas, pero esta vez en su propio sistema, o sea en lo que conocemos como Willermocismo.
         El Martinecismo ha sido confundido habitualmente con el Martinismo y ello solo por una asociación de nombres: “Martines” con “Saint-Martin”; pero en realidad la diferencia entre ambos sistemas es muy grande. Por eso hemos insistido en esta explicación, ya que es necesario que cada concepto sea entendido en su justa medida. Martinecismo es el movimiento masónico generado por Martines de Pasqually enfocado hacia el trabajo teúrgico que él expuso en su obra, el “Tratado de la Reintegración de los Seres” y desarrollado en el interior de la Orden de los Elus-Cohen y que se encuentra explicado en sus rituales; ni más ni menos.

El Martinismo de Saint-Martin



         Este es un concepto y una filosofía; en absoluto representa una estructura funcional o una orden en particular.
         Martinismo es el movimiento al cual dio origen Louis Claude de Saint-Martin, quién por su filiación a la “Sociedad de los Filósofos Incógnitos” se hizo llamar a sí mismo, el “Filósofo Incógnito”. El compendió de su pensamiento reformador, de la antigua doctrina rosacruz, y que se expresa a través de su importante obra literaria, es lo que en estricto debe ser entendido dentro del concepto “Martinismo”.
         Nada tiene que ver con el Martinecismo de Martines de Pasqually, porque cuando el Martinismo se manifiesta, Saint-Martin ya había renunciado a todas las estructuras masónicas a las que había pertenecido, incluyendo a los Elus-Cohen.
         Louis Claude de Saint-Martin genera este movimiento a partir de su iniciación en los “Filósofos Incógnitos”, por una parte, y porque descubre la monumental obra de su Maestro Espiritual, Jacobo Boehme. Sus discípulos son pocos pero muy bien escogidos, los que agrupa en lo que se denominará “La Sociedad de los Intimos”. Allí expone y enseña su visión y filosofía de Dios y su comprensión en la realización existente entre Dios, la Naturaleza y el Hombre.
         El concepto del Martinismo de Saint-Martin, da mucha importancia a la oración  y cuando evoca al sentido de la Iniciación, lo hace en un sencillo ritual que contrasta con la suntuosidad de los rituales de la futura Orden Martinista. El Martinismo de Saint-Martin lleva al iniciado hacia la meditación, la creación del Hombre de Deseo y no hacia el ambiente mágico y teúrgico como ocurre con el  Martinecismo y el Willermocismo.
         No confiere más que un solo grado, que es lo que ha recibido de la filiación Rosa+Cruz: S::: I:::, y allí radicarán las más marcadas diferencias que en lo futuro se establecerán con los Martinistas que surgen de 1890 en adelante. Pero ello resultará de comentario aparte.
         Por tanto, el Martinismo de Saint-Martin no tiene nada que ver con el Martinecismo y el Willermocismo; a lo más solo una aproximación semántica con las Ordenes Martinistas Modernas.

Willermocismo



         Juan Bautista Willermoz, que fuera el otro discípulo aventajado de Martines de Pasqually, es quien trató de perpetuar las enseñanzas del Maestro en el seno de la masonería. Este movimiento se manifestó entre 1772, año en que Martines de Pasqually abandonó Francia trasladándose a Santo Domingo, y 1804, fecha en que falleció Willermoz. Este instala el “Rito Escocés Rectificado”. Dicho rito fue aprobado en 1782, en el Convento de Wilhelmsbad, que fue presidido por el duque Fernando de Brunswich y en el cual estuvieron presentes la mayoría de los poderes masónicos europeos.
         Willermoz da forma al Rito Escocés Rectificado que estructura en dos círculos. El exterior, conformados por los grados de Aprendiz, Compañero, Maestro Masón, Maestro Escocés; y el círculo interior que es secreto, formado por los grados de Caballero Benefactor de la Ciudad Santa, el que a su vez está dividido en tres secciones: Novicio, Profeso y Caballero. El círculo exterior transmite la enseñanza teórica, y el interior la practica del Martinecismo.
         Por tanto, el Willermocismo ha venido a ser una especie de continuación del Martinecismo, pero enfrascado en un molde templario en el interior del Rito Escocés Rectificado. Martinecismo y Willermocismo resultan ser compatibles entre sí, pero ambos no tienen nada que ver con el movimiento que genera Saint-Martin en lo que hemos denominado con el nombre de Martinismo de Saint-Martin.

Martinismo Moderno o Neo-Martinismo



         El Martinismo moderno comienza con la invención, por parte de Papus, de la “Orden Martinista”, el que se hace acompañar por 21 miembros que dan origen a un Supremo Consejo. A esta estructura se le asignan primeramente cuatro grados, a los que se le añaden luego 3 más, sumando un total de 7; cada uno de ellos con sus respectivos rituales. Papus incorpora las enseñanzas de Louis Claude de Saint-Martin, más todo un arsenal de disciplinas propias del neo-ocultismo, como es el caso del tarot, la astrología, las diversas mancias, la cábala, la numerología, etc., que se están poniendo de moda  en Francia por  los años de 1880.
         El movimiento martinista de Papus se caracteriza además por mantenerse independiente, en sus comienzos, de toda conexión masónica. Se inician a las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres y logra una exitosa combinación entre la “iniciación libre” y la de “logia martinista”, siendo ambas igualmente reconocidas.
         Como en toda obra humana, surgen las discrepancias, los cismas y el error se multiplica en forma piramidal según pasa el tiempo. Nacen numerosas ordenes Martinistas, de la más variada tendencia dogmática y la desconfianza surge entre los iguales. Finalmente ninguna orden reconoce a la otra y terminan declarándose la guerra con declaraciones múltiples de “irregularidad”.
         He aquí la marcada diferencia que existe entre el Martinismo de Saint-Martin, y la estructura llamada “Orden Martinista”.

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         Hemos querido dar esta explicación para ubicar someramente a nuestros investigadores en la senda correcta a fin de que observe el peregrinar de la Doctrina a través de la columna vertebral de la Tradición Occidental y Cristiana que resultan ser algunas órdenes y sociedades secretas.
         Sin embargo, no aportamos nada nuevo, puesto que toda la información que pueda existir sobre la materia se encuentra en manos de los archivos de las diferentes Ordenes esparcidas por el mundo, como de investigadores-escritores que también están ligados a ellas. A lo más si algún mérito tiene el presente estudio es poner estos antecedentes en orden y desde un punto de vista más que nada imparcial. La meta es rescatar la Doctrina original y colocarla en lo posible, en su más justa dimensión.
         Nuestra historia no se pierde en la noche de los tiempos, sino que podemos remontarla a sus orígenes en lo divino, y ver como ha transitado por la génesis de las religiones del mundo hasta instalarse en el seno de las órdenes y sociedades de todos los tiempos. Estas existen y han existido, como las religiones, porque tienen una filosofía que transmitir, siendo su razón de ser mostrar algunos vislumbres de la Doctrina Eterna; no hay otra razón. Nosotros, de tanto en tanto, nos congregamos al interior de estas estructuras para conocer en mayor profundidad los postulados que facilitan el logro de una mayor y más completa regeneración o reintegración de la humanidad a su condición primitiva de pureza y felicidad. Este es el camino señalado por los grandes instructores e iniciados del mundo; es la vía que nos han mostrado con escritos y persuasión, los iluminados de todos los tiempos, es la senda que hemos querido abrazar con decisión, quienes conscientes de nuestras humanas  debilidades, vislumbramos que al final del camino y solo con esfuerzo existe la posibilidad de ser mejores instrumentos al servicio de la Divinidad.
                        Veamos pues el desarrollo de nuestro estudio y mediante la explicación de los temas a continuación, quizás podamos persuadir a alguno a pasar de un estado de mera iniciación a una comprometida causa de apostolado. Rescatemos pues, nuestros Orígenes, Historia y Doctrina.

 
ORA, LEGE, LEGE, LEGE, RELEGE, LABORA ET INVENIES
 
+Eques ab Aquila Coronata


LOS FILOSOFOS DESCONOCIDOS





LOS FILOSOFOS DESCONOCIDOS

En un capitulo de la obra “El Martinismo Tradicional”, del autor J. F. Ferro, nos dice a propósito de los Folósofos Desconocidos que: “si bien se considera que la "Socité des Philosophes Inconnus" se reorganizó en Francia en 1643, ya desde el año 1625 circulaba en Europa un opúsculo titulado Un Aureo Tratado sobre la Piedra Filosofal cuyo autor firmaba como "un Filósofo Incógnito, todavía viviente, para enseñanza filiis Doctrinae y para conocimiento de los Fratibus Aureae-Crucis" con lo que se demuestra que la denominación era empleada ya antes de 1643.
La palabra "Filósofo" cuando es utilizada en este trabajo no tiene relación con los egresados de alguna facultad universitaria de filosofía, sino por el contrario, se restituye el sentido medieval del término como "Filósofo del Fuego", es decir, Alquimista.
Son numerosos los testimonios impresos que ilustran la existencia y las actividades de los Filósofos Incógnitos durante los siglos XVII y XVIII:
En el año 1646, el abad de Notre-Dame-de-la Chapelle y obispo de Bellay (Francia) Hermona dom Jean-Albert Belin, publica su libro Les Aventures du Philosophe Inconnu en la Recherche et en l'Invention de la Pierre Philosophale editado en París por E. Danguy.
En 1673, el alquimista anónimo que se ocultaba bajo el seudónimo de "Atremont" publicó el libro Le Tombeau de la Pauvreté dans lequel il est traité clairement de la transmutation des metaux et du moyen qu'on doit tenir pour y parvenir. Par un Philosophe Inconnu en faveur de ses amies particuliers.
En 1691, fue publicada en Paris la obra de Alexander Sethon "el Cosmopolita" titulada Traités du Cosmopolite Nouvellement découverts. Ou après avoir donné una idée d'une Societá de Philosophes, on explique dans plusiers Lettres de cet Auteur la Théorie et la Práctique des Verités Hermétiques, en la cual se dan a conocer los Statuts des Philosophes Inconnus".
En el año 1763, aparece el Traité d'un Philosophe Inconnu sur l'Oeuvre Hermétique. Revue et elucidée par le disciple Sophisée sous les auspices (sic) des Cohernistes Philovites et Crisophilos.
En 1788, en el primer tomo de las Geheime Figuren den Rosenkreuzer aus dem 16ten. und 17ten. Jahrhundert, publicadas en Altona, aparece un "Discurso de un Filósofo Incógnito (Unbekannten Philosopho) dedicado a la Fraternidad R+C".
En el año 1766, se publica en París el libro L'Etoile Flamboyante  del barón Tschoudy donde se dan a conocer nuevamente los "Statuts des Philosophes Inconnus" y se hacen largas referencias a la Sociedad de los Filósofos Incógnitos y a sus enseñanzas.
En el año 1790, el alquimista y Hno. Duchanteau publica el libro Le Grand Livre de la Nature ou l'Apocalypse Philosophique et Hermétique en cuya portada se aclara que dicha obra fué "revisada por una Sociedad de Filósofos Incógnitos" y que su contenido se refiere "a la Filosofía Oculta y a la Sociedad de la Rosa+Cruz".
Además de la filiación de los Hermanos de Oriente, la Sociedad de los Filósofos Incógnitos es la depositaria tradicional de muy antiguas filiaciones iniciáticas de Occidente. En efecto, juntamente con su investidura caballeresca y rosacruciana, recibió los secretos de la misteriosa cofradía de "A.G.L.A." (esta misteriosa sigla ha recibido las siguientes interpretaciones: "Atha Gadol Leholam" y también "Ateh Gibor Leholam Adonai" siempre como un sentido aproximado de "Oh Señor, Tú eres todopoderoso eternamente"), en la cual fuera iniciado el rey Francois I de Francia quien, una vez por mes y de incógnito, dejaba el palacio del Louvre y se encaminaba, solitario y embozado en su capa, a la calle del Arbol Seco en París donde se encontraba la morada de los hermanos Estienne, miembros juramentados de la Sociedad. La cofradía de A.G.L.A. agrupaba a los Aprendices, Compañeros y Maestros del Libro los cuales, con la difusión de la imprenta y la organización gremial de los trabajadores, se había unido a los impresores, tipógrafos, encuadernadores, libreros, papeleros, iluminadores, artesanos de naipes y tarots, etc.



Durante el siglo XVIII la actividad de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos en toda Europa fue intensa y semipública. Grandes personalidades  decoraron sus filas: el príncipe Christian von Hesse, el príncipe Alexis Borisowitz Galitzin, los hermetistas Duchanteau y su discípulo el conde Saxonius Comneno, testimonio vivo de la alianza multisecular existente entre la Sociedad de los Filósofos Incógnitos y la Casa de los Comneno
Frederik-Gottlieb-Ephraim-Wiesse, bajo el seudónimo de"Magister Pianco", publicó el libro Der Rosenkreutzer in seiner Blosse (Amsterdam, 1781) en el cual se refería a una cofradía de sabios a quienes llamaba "Superiores Incógnitos" (Unbekannten Obere) quienes se organizaban en pequeños círculos (ringe). Según Wiesse "quien quiera ser iniciado y admitido en sus secretos debe ser un hombre de honor y de un verdadero poder espiritual. Además, debe poseer un considerable conocimiento, pues sólo se aceptará a aquellos de quienes se puedan esperar grandes servicios para la Santa Fraternidad". Luego agregaba que "los iniciados usan el doble triángulo, símbolo de las tres cualidades de Poder, Sabiduría y Amor. Los Maestros del segundo grado o Segundo Secreto son Maestros en el conocimiento de la Naturaleza, de sus fuerzas y de sus reinos. Se los llama Filósofos o Sabios del Mundo y su ciencia es la Sabiduría Universal, (la Sabiduría Universal aludida era la "Pansophia" a que se referían los antiguos Rosa+Cruces en sus manuscritos). Estos Sabios se ocupaban de sus cosas en secreto. Nadie sabe dónde se reúnen ni lo qué hacen. Poseen, además, una ciencia secreta que es conocida solamente por los más altos entre ellos a quienes llaman Magos, Mágicos o Sabios Maestros, los cuales enseñan al pueblo artes divinas. Pueden hacer cosas que parecen sobrenaturales..."
En Francia, la Sociedad de los Filósofos Incógnitos se manifestó como tal hacia 1646 y habría despertado las resistencias de ciertos sectores católicos impregnados del naciente espíritu moderno y racionalista para quienes las doctrinas tradicionales y esotéricas eran ya incomprendidas y por ende se convertían en sospechosas. Sería necesario esperar al próximo siglo para que naciere el "Philosophe Inconnu".
En tierras germánicas, las actividades esotéricas de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos dedicadas especialmente a la Alquimia cristiana, produjo una gran floración de espíritus selectos entre los siglos XVI y XVIII. Entre otros grandes iniciados se destacaron especialmente: Heinrich Khunrath ( 1560-1605), Jacob Boehme (1575-1624), Georg Gichtel (1638-1710) y Rudolf von Salzmann (1774-1871) quien iniciara personalmente a Johan W. von Goethe (1749-1832) y al marqués Louis Claude de Saint-Martin (1743-1803).
Según la tradición, Louis Claude de Saint-Martin, recibió su primera iniciación en la Sociedad de los Filósofos Incógnitos durante su viaje a Londres en 1787. Al año siguiente recibió un nuevo grado en Estrasburgo de manos del Hno. Rudolf von Salzmann S::: I::: "sous la Masque, le Manteau et la Cordeliere". En 1793 había recibido una iniciación complementaria y la misión de perpetuar la cadena multisecular de los Superiores Incógnitos, tal como había sido establecida en Francia en el siglo XVII.
A mediados del siglo XVIII la Sociedad de los Filósofos Incógnitos estaba languideciendo y casi había abandonado la práctica de la alquimia metálica dedicándose a la Alquimia humana teosófica bajo la influencia de las doctrinas de Khunrath y Boehme. A la Sociedad tampoco le eran extrañas las letras "S::: I:::" a las que agregaban el uso de los seis puntos dispuestos según las líneas del Crisma o, lo que es lo mismo geométrica y simbólicamente hablando, del Sello de Salomón; este uso provenía en línea directa de los extinguidos Hermanos de Oriente. Conviene puntualizar que éste es un simbolismo antiquísimo mencionado en el Antiguo Testamento en razón de la Serpiente de Bronce elevada por Moisés en el desierto como prefiguración de Cristo, pues en su forma monográfica, las letras "S" e "I" conforman el ideograma de la Serpiente de Bronce crucificada. San Bernardo de Clairvaux, entre otros, retomará el símbolo de la Serpiente de Bronce como emblema específico de Cristo. Por otra parte, la letra "S" simboliza la multiplicidad y la letra "I" la unidad.”
         Finalmente diremos que la consagración a los “Superiores Incógnitos” bajo el símbolo del “Antifaz”, la “Capa” y el “Cordón” son distintivos en propiedad del los antiguos Filósofos Incógnitos.



ALGUNAS PISTAS SOBRE LOS ORIGENES DE LOS FF. DD.


LOS FILOSOFOS INCOGNITOS O DESCONOCIDOS
(1643)



Gregory Ottonovich von Mebes (S::: I:::), Maestro contemporáneo de la Filiación Rusa del Martinismo, nos dice en su magistral obra “Curso Enciclopédico del Ocultismo” (obra traducida en Chile desde el ruso al español por el Hno. Vechñacov), que entre fines del siglo XV y principios del XVI se operó la transformación del Rosacrucianismo primitivo, de clara filiación dantesco-templaria, en el llamado Rosacrucianismo secundario. Durante este período se constituyeron o "despertaron de su sueño" diversas fraternidades y órdenes esotéricas. De esa época data la constitución de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos, desde una filiación directa de los Hermanos de Oriente bizantinos”.

El benedictino Dom Pernéty en su “Dictionnaire Mytho-Hermetique” da la definición siguiente del Filósofo: “Amante de la Sabiduría, que está instruido de las secretas operaciones de la naturaleza, y que imita sus procedimientos para llegar a producir cosas más perfectas que las de la Naturaleza misma. El nombre de filósofo ha sido dado en todo tiempo a aquellos que están verdaderamente instruidos de los procesos de la gran obra, a la que también se llama Ciencia, y Filosofía Hermética, porque se considera a Hermes Trimegisto como el primero que descolló en ella. Pretenden que solamente ellos merecen, a justo título, ese respetable nombre, pues se envanecen de ser los únicos que conocen a fondo la naturaleza, y que, a través de este conocimiento, alcanzan el del Creador, al que rinden sus homenajes, con mucha atención, amor y respeto. Dicen que ese amor es el primer paso que conduce a la sabiduría, recomendándolo sin cesar a sus discípulos, a los que llaman Niños de la ciencia.”
Finalidad elevada y muy loable pero, como lo dice W. Ganzenmuller en su obra “L`Alchimie au Moyen Age”: “... a los ojos del pueblo, nadie soñará para asombrarse, sus misteriosas operaciones se distinguen a pena de brujería... Para el hombre común, los vasos (probetas) de formas extrañas, las incomprensibles manipulaciones eran a priori sospechosas...” La frecuentación o acercamiento a esta ciencia de los poderosos es igualmente nefasta. El pseudo Alberto el Grande, al comienzo de su tratado “De Alchemie” da las recomendaciones siguientes: “... un alquimista debe habitar, lejos de los hombres, en una casa particular... el alquimista debe ser silencioso y discreto, no debe revelar a nadie los resultados de sus operaciones. El vivirá en la soledad apartado de los hombres... debe ser bastante rico para soportar el gastos exigido por sus trabajos... evitará todo contacto con los príncipes y los gobernantes... sus investigaciones deben hacerse sin ruido... he sentido que el ruido no haría bien, como el bien no haría ruido...”

Como diría Louis Claude de Saint-Martin, otro Filósofo Incógnito, que, como lo recuerda Robert Amadou, “...había tomado prestado a sabiendas la expresión –Filósofo Incógnito- sin que este guarde el sentido primitivo, de los alquimistas, en el lugar de los que el experimentaba interés, poca simpatía y una inmensa desconfianza...”
Citamos textualmente de Robert Amadou de su obra “Le Philosophe Inconnu et les Philosophes Inconnus”, pagina 80: “...Los abusos de los alquimistas: Saint-Martin, como Martines de Pasqually no tenían en gran consideración a los alquimistas. Así en “Les Pensees sur les Sciences Naturelles” Saint-Martin declara: Ellos pretenden llegar al cuerpo de la materia en estado primitivo de pureza de donde han descendido. Olvidan o más bien ignoran que hay dos clases de elementos, y si no estamos en la más grosera sería en vano que nosotros quisiéramos reencontrar allí la claridad, la limpieza, la actividad que no pertenecen más que a la segunda. Pero ellos tampoco consiguen nada que figure sobre este punto, igualmente que su espíritu no se alumbra más que de alegorías. Y en efecto ellos se encuentran en todas partes...”
         Si el término de “Filósofo Incógnito” coincide con el status y finalidad del alquimista, es curioso que esta asociación de palabras se encuentra escasamente en los tratados.



         Encontramos una de las primeras, si no es la primera mención de “Filósofo Incógnito” en “Les Aventures de Philosophe Inconnu en la Recherche et en L`Invention de la Pierre Philosophale...” (Las Aventuras del Filosofo Incógnito en la Investigación y en la Invención de la Piedra Filosofal), publicado en 1646. La asociación de estas palabras se encuentran en los títulos y los sumarios, pero al contrario no aparecía en el texto donde encontramos al habitual Filósofo. La segunda mención está indicada, siempre en el título, del “Tombeau de la Pauvreté, daqns lequel il est Traité Clairement de la Transmutatión des Métaux, et du Moyen Quón Doit Tenir Pour y Parvenir. Par un Philosophe Inconnu, en Faveur de ses amis Particuliers”  (Tumba de la Pobreza, en el que es tratado claramente la transmutación de los metales, y del medio que se debe tener para lograrlo. Por un Filósofo Incógnito, a favor de sus amigos particulares), publicado en 1673, 1681 y 1979. De nuevo hay otra mención en el texto, si no es esta curiosa: “Epistre Dedicatoria” que está firmada “N. N. Patrón General de la Sociedad de los Filósofos  Errantes”. No es necesario concluir, por tanto, en la existencia de una sociedad real (cosa igual que los Rosacruces) y más tarde para la “Sociedad de los Filósofos Incógnitos”.
         Una señal se encuentra en el “Tratado del Cosmopolita, Nuevamente Descubierto, o después de haber dado una idea de una nueva Sociedad de Filósofos, se explica en varias cartas de este autor la teoría y la práctica de las Verdades Herméticas” (a París Chez Laurent D´Houry, 1691), encontramos de la página 3 a la 9 “la idea de una nueva  sociedad de los filósofos”, luego, de la página 10 a la 40, los “Estatutos de los Filósofos Incógnitos”; vienen enseguida de la página 41 a la 224 las “Cartas de Michel Sendigovius, o de J. J. D. I., comúnmente llamado Cosmopolita...”

         La primera de las 53 cartas está dirigida “al Sr. T... nuevo asociado de la Compañía de los Filósofos Incógnitos”. El volumen termina (pagina 225–232) por sumario agregado de todo lo que está contenido en estas cartas; cierra con un sello o hieroglifo de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos. Las huellas siguientes se encuentran en la “Biblioteca de los Filósofos Alquímicos o Herméticos, conteniendo varias obras de este género muy curiosos y útiles que no han aún aparecido...” (a París Chez André Charles Cailleau, 1754), con (página 461–509) el “Tratado de un Filósofo Incógnito sobre la Obra Hermética, vuelto a ver y dilucidado por el discípulo Sophise, bajo los auspicios de los Cohermeites, Philovites y Chrisophiles”, donde, de costumbre, las palabras “Filósofo Incógnito” no se reencuentran en el texto. Por el contrario, lo inverso se produce algunas páginas más adelante, con la “Carta Filosófica de Philovite a Héliodore” (página 513-551), donde encontramos en la advertencia del librero (página 511-513), indicaciones sobre la procedencia del texto “...un Filósofo Incógnito, sin duda de esos fénix errantes..., la ha dirigido... a uno de sus amigos...”



         En 1766 encontramos otra seña, en “L´Etoile Flamboyante” en el tomo segundo sobre “Idea General de la Masonería, considerada bajo un punto de vista filosófico y ya designado por varios antiguos bajo el nombre de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos” que incluye los “Estatutos de los Filósofos Incógnitos” y “El Catecismo o Instrucción para el grado de Adepto o Aprendiz Filósofo Sublime e Incógnito” así como la lámina intitulada “Cuadro de los Aprendices Filósofos Incógnitos”.
         Esta asociación entre la francmasonería y la alquimia puede aparecer a los ojos de algunos como un conjunto heteroclito, sin embargo, la alquimia es una de las llaves de la masonería.
         Con Tschoudy, la alquimia va a penetrar en ciertas Logias, el “Filósofo Incógnito” que designa entonces al masón alquimista, y si el barón no pudiese imponer si “Idea General de la Masonería” a la mayoría de los masones, sin embargo constituye a este efecto un nuevo régimen masónico, los “Philalethes”.
         De los famosos y legendarios “Superiores Incógnitos”, aliados a los no menos famosos secretos masónicos, dieron  lugar a la floración de los altos grados y numerosos ritos y regímenes, que en su mayoría no fueron practicados. Paralelamente se desarrolla un interés respecto a los orígenes, más o menos fabulosos de la masonería. Que iba a interesar a un gran número de masones del siglo XIX antes que estos se preocuparan demasiado de la política.
         La palabra “Filósofo” va a entrar en los títulos de los altos grados; el grado retomado y practicado de los Filaletes va a reabrir el interés en los “Filósofos Incógnitos”. Es así que en 1790 el pintor Touzay, publica “El Gran Libro de la Naturaleza o el Apocalipsis Hermético. Obra curiosa en que se trata de la Filosofía Oculta, de la inteligencia de los Hieroglifos, de los antiguos, de la Sociedad de los Hermanos de la Rosa+Cruz de la transmutación de los metales y de la comunicación del hombre con Seres Superiores e intermediarios entre él y el Gran Arquitecto. Visto por una Sociedad de Fil... Inc... y publicado por D... desde el I, hasta el año 1790.” (reeditado por la librairie du merveilleux, en1916 con una introducción de Oswald Wirth).
         En 1814 aparece un libro muy curioso escrito por Vincent Tacxsi: “El suizo católico dos veces, o Doctrina Filosófica; dedicado a los  verdaderos Jueces Grandes Comendadores Filósofos Inc... y a todos los miembros de la asociación Mas...” (París, Imprimeire de L. G. Michaud, rue des Bons Enfants, 1814), donde encontramos en la página 236, “El Tabernáculo del suizo católico dos veces, encontrado en los viejos manuscritos de la Biblioteca del convento de Saint-Vicent de Lisbonne, en 1780, copiado exactamente, traducido del portugués y del latín al francés, y copiado bajo la fiel guardia de un celoso masón, a riesgo de ser colgado a cada minuto”. A pesar de lo que declara nuestro autor: “algo necesario que fuera la publicación de la verdad que expongo al público, nadie osó nunca tentarla...”; el “Tabernáculo” no es más que un plagio del “Gran Libro de la Naturaleza” con omisiones, numerosas variantes y ciertas adiciones. Sin embargo, nosotros nos preguntamos qué tienen que ver los Filósofos Incógnitos de la Sociedad Cabalística, con los Jueces Filósofos Incógnitos jesuíticos; en verdad nada, nada y nada.
         En 1853, Ragón analiza minuciosamente “La Orden de los Filósofos Incógnitos”, en su obra “Orthodoxie Maconnique” (París, Dentu, 1853, páginas 373 a 412, y que igualmente se encuentra consignado textualmente en la Enciclopedia Masónica de Frau Abrines, Editorial Kier), lo que hará decir a A. E. Waite (citado por R. Amadou): “me pregunto, para decir el fondo de mi pensamiento, si los misteriosos Jueces han tenido existencia real fuera del cerebro perverso al que se debe la Orthodoxie Maconnique”. Zaccone, en su “Histoire de L´Inquisitión, des Jesuites et des Frans-Macons”, consagrará también un capítulo a los “Philosophes Inconnus” al resumir sin citarla la “L´Etoile Flamboyante”.
         Dejando a un lado el grado practicado por los Philalethes, no podemos, al igual que en lo que concierne a la primera sociedad rosacruciana, concluir en la existencia de una Sociedad de Filósofos Incógnitos. Así Robert Amadou en el curso de su estudio sobre el “Filósofo Incógnito” y los “filósofos incógnitos” declara: “... ni los primeros Rose+Croix ni los Filósofos Incógnitos constituyeron sociedad; fueron ideas. Su acción en la historia no debía ser menos fuerte; al contrario...”
         Ideas que podemos encontrar en el “Catecismo o Instrucciones para el Grado de Adepto o de Aprendiz Filósofo Sublime e Incógnito” del que Eliphas Levi, en su obra “Dogma y Ritual de la Alta Magia” , precisa: “...este catecismo, que indicamos a los sabios cabalistas como capaz de sustituir al incomparable “Tratado de Paracelso”, contiene todos los verdaderos principios de la Gran Obra de una manera tan satisfactoria y tan clara, que es preciso carecer en absoluto de la inteligencia especial de ocultismo para no llegar a la verdad absoluta meditándola..."
         Una de las cuestiones que surge enseguida, es saber, ¿cuáles pueden ser las fuentes de este Catecismo? Eliphas Levi, precisa: “...entre los libros raros y preciosos que contienen los misterios del Gran Arcano, es preciso contar en primera línea, el “Sendero Químico o Manual de Paracelso” que contiene todos los misterios de la física demostrativa y de la más secreta cábala. Este libro manuscrito, precioso y original, no se encuentra más que en la Biblioteca del Vaticano. Sendivogius sacó una copia de la que el barón Tschoudy se sirvió para componer el Catecismo Hermético contenido en su obra  titulada L´Etoile Flamboyante...”
         Como lo hacía notar Oswald Wirth, “...nosotros no podemos, sin embargo, formular algunas reservas en cuanto a la fuente excepcional de donde el autor de “L´Etoile Flamboyante” habrá tomado su fuente hermética...” (le Symbolisme Hermetique, París, 1910). Robert Amadou, precisa que “...el Cosmopolita menciona al Sendero Químico en los términos siguientes: “...entre los modernos, usted tiene a Paracelso, cuyos escritos tienen tantas luces. Pero si usted pudiera esconder el llamado Sendero Químico o Manual de Paracelso, habría encontrado toda la doctrina de la ciencia química, todos los misterios de la física demostrativa y la más secreta cábala. (parece que aquí Amadou se estuviese apoyando en lo que nos dijo anteriormente Levi). El libro no es tan escaso como aquellos de los que le acabo de hablar, pues se encuentra en la Biblioteca del Vaticano en Roma y lo he visto afuera en varios lugares donde los cabalistas y curiosos de nuestro Arte, no es sin embargo común, y no se lo encuentra en todas partes. Es por ello que lo he copiado para mi uso...”
Inspirándose en este pasaje, Tschoudy en su Catecismo escribió: “...entre los antiguos, es preciso leer sobre todo a Paracelso y entre otros el “Sendero Químico o Manual de Paracelso”, que contiene todos los misterios de la física demostrativa y la mas secreta cábala; este libro manuscrito, precioso y original no se encuentra más que en la Biblioteca del Vaticano, pero que Sendigovius a tenido la dicha de sacar una copia, que ha servido para aclarar a algunos sabios de nuestra orden...”
Yendo mas lejos, Oswald Wirth dice que “...el manuscrito del Vaticano no era de ninguna manera indispensable al barón Tschoudy, ya que las respuestas de su Catecismo son textualmente extraídas de dos obras impresas muy repandidas en esta época...”
La primera es “Las Obras del Cosmopolita divididas en Tres Tratados en el que son claramente explicados los Tres Principios de la Filosofía Natural, Sal, Azufre y Mercurio”, obra que lleva como segundo título: “Cosmopolita o nueva Luz Química”. El Tratado de la Naturaleza en general que comienza esta obra da al barón Tschoudy las 61 primeras respuestas de su Catecismo. Así la frase: “...es preciso saber, sin embargo, que el “termino de la Naturaleza es Dios”, como “Él es el principio”... corresponde a la segunda pregunta del Catecismo.
Pregunta: ¿Cuál es el término de la Naturaleza? Respuesta: Dios como es el Principio... todas las cosas provienen de esta sola y única naturaleza y no hay nada en todo el mundo fuera de la naturaleza... Pregunta: ¿De donde provienen todas las cosas? Respuesta: De la sola y única Naturaleza...”
El barón aplica el mismo procedimiento para los asuntos siguientes con “...La Luz que sale por sí misma de las tinieblas o verdadera teoría de la Piedra de los Filósofos, todo traducido al francés por B. D. L...” (1687 y en 1741 Bibliotheque des Philosophes Chimiques). Así en el principio encontramos “...la Piedra de los Filósofos no es otra mas que la humedad radical de los elementos, repandida a la verdad en ellos, pero reunido en su Piedra, y despojado de toda mancha extraña. Así no es necesario sorprenderse si ella puede operar en tan grandes cosas siendo muy constante como la vida de los animales, de los vegetales y de los minerales, no consiste mas que en su humedad radical...” que corresponde a la pregunta 64: “...Que es esta Piedra...” Responde: “...La Piedra Filosofal no es otra que la humedad radical de los elementos perfectamente purificados y llevados a una suprema fijación, lo que hace que ella opere muy grandes cosas por la salud, la vida que reside únicamente en la humedad radical...”
Robert Amadou hace notar que “es sorprendente que O. Wirth no haya descubierto una tercera fuente de Tschoudy, a saber, las famosas cartas del Cosmopolita con su nuevo hermano de la Sociedad de los Filósofos Incógnitos”. Aunque estas tres fuentes rinden perfectamente cuentas de la redacción de este Catecismo, A. E. Waite da al “Liber de Compositione Alchemical” (New York, 1911), como fuente única del Catecismo. “Esta compilación no es menos exitosa y, como O. Wirth lo reporta, - el barón Tschoudy no ha tenido al respecto un muy gran mérito. Notablemente concebido, su Catecismo - justifica el entusiasmo de Eliphas Levi, dividido sin dudas por Stanislas de Guaita. Toda la ciencia hermética se encuentra condensada, en efecto, en las fórmulas de un laconismo sugestivo...”


Hemos querido presentar a los estudiosos e Iniciados, estos fragmentos  que no están al alcance de cualquier investigador. Es así que en el transcurso de la presentación de diversos temas relativos a los HH::: iniciados en la Fraternidad de Filosofos Desconocidos, exponiendo sobre los Estatutos y los Catecismos, nos hemos dado el trabajo de traducir desde el francés antiguo y desde la Obra original titulada, “L´Etoile Flamboyante, ou La Societe Des Franc-Macons Confideree Fous Tous Les Afpects” escrita por el barón Tschoudy,  y publicada en el año de 1766, que por fortuna tenemos en nuestras manos. Y hacemos el esfuerzo de presentar diversos puntos de vista sobre el tiempo y la doctrina de la Fraternidad sobre todo para esclarecer la Doctrina real por sobre la nebulosa de interpretes y reinterpretes que seguramente tratando de descifrar sus metas, lo único que han logrado es sepultar casi definitivamente los propósitos claros de esta antigua sociedad.


+ Eques ab Aquila Coronata